Se conocen algunos casos de escritores que quisieron quemar sus obras, desde Virgilio hasta Nabokov, pero lo que quizá no sea tan habitual es que un arquitecto haga lo mismo ¡con los planos de sus proyectos!
En nuestra ciudad, existe el caso de Rogério de Azevedo (1898-1983). Nacido en Oporto, donde cursó arquitectura, fue discípulo del reputado arquitecto Marques da Silva y uno de los máximos exponentes de la arquitectura modernista en Portugal.
Por el hecho de haber quemado la documentación de sus proyectos arquitectónicos, en algunos casos es difícil saber en qué obras colaboró. Como ejemplo, en el caso de la Sinagoga Kadoori – Mekor Haim de Oporto, se sabe que participó en su construcción gracias a la correspondencia de su fundador, el Capitán Barros Bastos, pero no sabemos exactamente qué partes son fruto de su colaboración.
Rogério de Azevedo fue un arquitecto bastante ecléctico, a lo largo de su carrera evolucionó del clasicismo al modernismo para acabar con un estilo más regionalista. En el centro de Oporto, en el eje perpendicular a la Avenida dos Aliados formado por las calles de Passos Manuel y Ceuta, en un corto espacio de trescientos metros, encontramos cuatro de sus edificios donde podemos observar la variedad de estilos con los que trabajó a lo largo de su carrera.
En el lado sur de la Praça Dom João I encontramos el edifico Rialto, que en el momento de su construcción a principios de los años 40 fue, con sus ocho pisos, el edifico más alto de Portugal. En los bajos del edificio, en el local de la esquina con la Rua Sá da Bandeira, existió el Café Rialto, un importante punto de encuentro de artistas e intelectuales. Actualmente alberga una sucursal bancaria, pero en sus paredes todavía se conservan algunos de los frescos que decoraban el café.
En la esquina de la Rua Elísio de Melo con la Avenida dos Aliados encontramos un edificio que fue la sede del periódico Jornal Comércio do Porto, construido en 1930, de inspiración clásica pero ya con algunas líneas y elementos modernistas. En la fachada, en el último piso, podemos observar ocho esculturas femeninas de estilo art déco que representan las ocho provincias de Portugal en la época de su construcción (Minho, Douro, Trás-os-Montes, Beira Alta, Beira Baixa, Estremadura, Alentejo y Algarve), con los escudos heráldicos de sus capitales.
En la parte posterior del edificio, ya en la Praça Filipa Lancastre, encontramos el Garagem do Comércio do Porto. Éste fue construido dos años después que el anterior pero cuenta con una fisonomía completamente moderna y está articulado alrededor de un enorme pilar circular central, que a su vez significó un nuevo paradigma rompedor para la arquitectura de la época en Oporto. Con cuatro pisos destinados a los coches y tres para despachos, el proyecto original incorporaba un mapa con las carreteras de Portugal parecido al que aún existe en el Garagem Passos Manuel, pero en este caso no llegó a concretizarse.
En la misma plaza, en el lado sur, encontramos el Hotel Infante Sagres. Paradójicamente, este edificio de líneas más clásicas corresponde al estilo regional propio del Estado Novo (la dictadura portuguesa) y fue construido quince años después que el garaje, que sigue pareciendo a día de hoy mucho más moderno.
Quizá los arquitectos son más atrevidos cuando son jóvenes y se vuelven conservadores con la edad? Aquí les dejamos este breve paseo por Oporto para apreciar la evolución de la arquitectura en Portugal en el siglo XX.
Agradecemos al personal del Hotel Aliados la ayuda prestada para hacer parte de las fotografias.