La historia de los judíos y Oporto es inseparable, siempre ha habido miembros de esta comunidad en la ciudad, sea viviendo su religión de forma abierta o practicándola en secreto en la época de la Inquisición. Han quedado pocos rastros materiales de su presencia pero muchos vestigios en la cultura y la memoria de la ciudad.

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En 1496 Portugal, siguiendo instrucciones de los Reyes Católicos, decretó su expulsión. Este fue el principio de un largo periodo de oscuridad y persecución que implicó a la Inquisición y supuso la emigración de los judíos hacía otros paises o zonas interiores más recónditas.

Oporto siempre fue una ciudad comercial y de carácter liberal, en algunos periodos los judíos de Oporto fueron protegidos por sus conciudadanos, e incluso la Inquisición se quejava de la protección que les brindava la ciudad. También existieron sinagogas secretas donde siguieron practicando su religión.

Ya en el siglo XX, un descendiente de criptojudíos, el Capitán Barros Basto, empezó la «Obra do Resgate dos Marranos» con la que pretendió recuperar la cultura judía en Portugal, en 1938 fue inagurada la Sinagoga Kadoorie – Mekor Haim, la más grande de la Península Ibérica y que también albergaba una escuela judía.