Es un hecho conocido que la comida facilita la conversación, y en las Tascas de Oporto, ni siquiera el hecho de hablar en un idioma diferente es un impedimento para hacerse entender. Estos sitios son el lugar perfecto para conocer la comida rápida tradicional y la cultura de los habitantes de Oporto.
La posibilidad de comer mal en una tasca es completamente nula: los ingredientes siempre son frescos y los platos recién hechos. El esmero con los condimentos, la manera de cocinar y los pequeños secretos son fruto de décadas de experiencia detrás de los fogones y los consejos de los parroquianos más fieles.
La cocinera del Alfredo Portista
Los clientes de las tascas son diversos y entre ellos encontramos los parroquianos habituales que van para picar o comer, ver a los amigos y a hablar, como no, de fútbol. También encontramos a los pseudogourmets en busca de la tapa perfecta, así como a los turistas más aventureros, a los que prefiero llamar viajeros, ya que les gusta el contacto con lo auténtico.
Los santos bendicen la comida
Como identificar una tasca:
1- Local muy pequeño con numerosos objetos colgando en las paredes;
2- Un hombre detrás de la barra y una señora en la cocina (la responsable de las tapas);
3- La barra es de aluminio (fácil de limpiar), con la comida expuesta en una vitrina;
4- Hombres apoyados en la barra.
Adega Floresta – F.C. Porto, comida y bebida
Qué comer:
O que comer:
Iscas de Bacalhau;
Combinado de Porco;
Punheta de Bacalhau;
Rojões;
Petingas;
Una de las ventajas de las Tascas es que las tapas son baratas, los precios oscilan de 0,75€ a 2.50€, y la mayoría se deben acompañar con vino, en vaso o en pequeños cuencos.